miércoles, agosto 08, 2007

Baja

Baja

Ramiro Arteaga Sarabia

La sombra gansteril de Hank Rhon se secó la mañana del lunes. Las nubes cubrieron toda la campaña a la gubernatura de Baja California Norte. Una campaña, la del PRI, sustentada a golpes de billetazos, orquestada en lo más oscuro del priismo y en la fuerza mediática de un candidato enfundado en su chaleco, con un zoológico en casa y con su fortuna construida en casas de apuestas y en herencias malditas.

Sin embargo, 43 por ciento de las personas que salieron a votar el domingo, pensaron en Rhon como en su ideal de gobernante, es grave.

Los liderazgos en Latinoamérica parecen apuntar por estos tipos folklóricos, demagógicos, capaces de violentar y polarizar a los ciudadanos. Ocurrentes, con gran capacidad económica y dispuestos a todo.

Después de reafirmarse los siete puntos de ventaja de José Guadalupe Osuna Millán, candidato de la Alianza por Baja California (PAN-Panal-PES), vemos a un Rhon con chaleco de demócrata, hablando de ser un soldado del PRI, dispuesto a reconocer su derrota y a validar las líneas de acción de las dirigencias estatal y nacional de su partido.

En algo tiene razón el candidato derrotado en Baja California, y es en la lectura del abstencionismo.

Precisamente, preocupa al panismo los resultados electorales de Aguascalientes y Oaxaca. Sobretodo por el altísimo nivel de abstencionismo registrado en la jornada electoral del domingo.

Los ciudadanos no salieron a votar y esto, en sí mismo, es una gran derrota para todos los partidos.

Es cierto que, históricamente, la participación en elecciones locales es menor a la registrada en procesos electorales federales, sin embargo, las personas que eligieron a quien será el nuevo alcalde de Aguascalientes, son menos del 20 por ciento del padrón electoral, lo mismo ocurrió en Oaxaca.

¿A qué se debe este bajísimo nivel de participación?

¿La gente estará harta del nivel de polarización y de las campañas sucias?

¿Se deberá al perfil bajo de los candidatos?

¿Existe un desgaste natural en un discurso político que se entiende ajeno a la realidad, demagógico e incongruente?

Acción nacional logró una victoria electoral importante, pero debemos estar seriamente preocupados y aprender las lecciones que los procesos electorales de Baja California, Aguascalientes y Oaxaca dejan para nuestra organización política.

Sobretodo en tres ámbitos fundamentales:

  1. La relación entre los gobiernos emanados del PAN y nuestro partido.
  2. La sensatez en la elección de candidatos.
  3. La estructura político-electoral que de consistencia y soporte a las candidaturas.

Sobretodo, evitar la elección de propuestas efectistas y campañas mediáticas centradas en discursos publicitarios.

Baja California Norte demostró que la certeza de los gobiernos del PAN es importante y garantiza, en su institucionalidad, ser una organización capaz de dirigir la vida de los mexicanos de Baja por más de veinte años.

www.arteagasarabia.blogspot.com

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