viernes, agosto 31, 2007

¿Qué tiene que hacer un Presidente Municipal?

¿Qué tiene que hacer un Presidente Municipal?

Ramiro Arteaga Sarabia

No es una pregunta ociosa, de ella depende una evaluación seria y objetiva de un edil y, a partir de esta evaluación, definir si podemos seguir confiando en el partido político que avaló su candidatura; porque, se supone, que el alcalde, instalado en el poder, pondría en práctica la plataforma política y los ideales del propio partido.

Una forma de abordar la duda planteada en el título es enumerando lo que no debe hacer un Alcalde: Por ejemplo, no debe hacer un uso indebido de los recursos públicos, es un tema central, implica una mínima toma de conciencia, reconocer que los recursos descritos en los presupuestos municipales no facultan a los Presidentes Municipales para hacer lo que quieran con ellos. Se supone que para la aprobación de los mismos hubo una planeación previa

La aplicación de los recursos en programas y obras concretas, por tanto, no deben seguir una lógica partidista o política, menos de beneficio personal o familiar. Por ejemplo, ¿qué plan concreto se está ejecutando en Guerrero que no tenga esta carga electoral?

Es como si no importaran los problemas reales que padecen las personas, de manera particular los pobres entre los pobres, es tal la miopía, que los gobernantes se empeñan en proseguir con sus carreras políticas a costa de una ciudad.

Se ha perdido esta perspectiva histórica que indica un hecho constatable: toda acción humana tiene consecuencias en la vida de otros. Más aún quienes tienen la potestad para decidir a nombre de un municipio.

Otra cosa que no debe hacer un Presidente Municipal es no ejercer el poder que la ley le faculta.

Vivimos un falso entendimiento del ejercicio del gobierno. El ejecutivo y los poderes que acompañan su mando se esfuerzan en vivir fuera de los ordenamientos legales y los procedimientos democráticos.

Por desgracia, son los primeros en violar la ley, en pretender derechos y componendas para los cuales no fueron electos.

Vivimos pues en una esquizofrenia legal, en donde los garantes de la ley son los primeros en ofenderla e incumplirla, pretendiendo ceder estos mismos privilegios metaconstitucionales a sus familiares y amigos.

¿Cómo se construyen los gabinetes y los cuerpos administrativos de los municipios?

¿Cómo se ejerce el gobierno por los ediles y sus cabildos?

¿Cómo se favorecen a tales o cuales proveedores, contratistas y empresas?

¿Qué criterios se utilizan para elegir los proyectos de desarrollo urbano?

¿En qué gastan y cómo los cabildos?

Así, en los hechos, el Presidente Municipal incumple con los principios rectores de toda administración, los mismos que se definen en cualquier manual: planeación, organización, ejecución y supervisión o control.

La instalación de gobiernos con estas características en los municipios del estado impide el desarrollo de programas de largo alcance.

Los ayuntamientos viven en la oscuridad de las decisiones de cabildos incapaces de procurar una visión histórica de sus decisiones.

Los presidentes municipales prefieren asegurarse amigos que enfrentar a los poderes reales y facticos que lucran con las ciudades y sus habitantes.

Prefieren las lisonjas del poder que el esfuerzo cotidiano y calculado de un líder.

Prefieren la ocurrencia que el estudio de la ciudad, las opiniones y los proyectos documentados.

Los ciudadanos tenemos la herramienta electoral para modificar, un poco, esta realidad terrible.

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