miércoles, octubre 24, 2007

De acuerdo

De acuerdo

Ramiro Arteaga Sarabia

El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, dio voz a una opinión de la sociedad acapulqueña: que el gobernador Torreblanca y el presidente municipal se pongan de acuerdo.

En la nota de El Sur (Martínez García, 22 de octubre de 2007) se reproduce la proclama del arzobispo: “Yo creo que lo que ha faltado es hablar claramente, dialogar a nivel de burocracia para que se comprenda de qué manera se puede dar el servicio eficaz del agua suficiente y de calidad, lo demás ya son conflictos que se queden en los medios de comunicación.”

Desconozco quien tiene la razón pero existe un hecho que es importante destacar: la estrategia torpe y sucia, pedestre, con la que Félix Salgado reincorporó a Miguel Ángel Castro Salas a la CAPAMA.

Recordemos que el exdirector de CAPAMA con permiso y reintegrado, se fue hace dos meses. Esta persona dejó al organismo en la peor crisis de su ya oscura historia.

Para colmo, los acapulqueños enfrentamos un servicio deplorable con cortes continuos y sin ninguna señal de que esta situación podrá mejorar.

Un día antes de la reunión del Consejo de CAPAMA se organizó una marcha de acarreados, quienes pedían la presencia de Castro Salas al frente de la paramunicipal.

Es evidente que fue una decisión política del pedestre y errático presidente municipal de Acapulco.

A este personaje de cabaret deberíamos preguntarle: ¿bajo qué argumentos racionales se reintegró al rudimentario Castro Salas a la dirección de CAPAMA?, ¿qué indicadores de calidad permiten justificar esta decisión?, ¿qué plan de trabajo diseño Castro Salas en estos dos meses de descanso?, ¿dónde están las cuentas del organismo, las deudas históricas de las que habla el toro sin cerca?

También juega un papel importante en este dilema el estilo personal de gobernar de Zeferino y de la gente que lo rodea.

Ellos han encontrado en la imposición un estilo de mando y da la apariencia de que creen que Zeferino nunca se equivoca o no imagino a sus subalternos cuestionando la opinión del gobernador.

Esta forma ha polarizado al envalentonado y elemental Félix, quien escucha todas las voces y decide con base a ocurrencias.

Los ciudadanos y el resto de la clase política estatal debemos decirle tanto a Zeferino como a Félix que sus diferencias personales y de modus operandi nos valen madre.

Que tienen la obligación de ponerse de acuerdo y que si una de las partes no cumple con los acuerdos que lo denuncie de manera clara y contundente, no con oscuros juegos de presión política que lo único que demuestran es la infancia democrática de esta entidad sumida en la miseria.

Por eso la voz calificada y ética del obispo es importante, él “llamó al presidente municipal Félix Salgado Macedonio y al gobernador Zeferino Torreblanca Galindo a dirimir sus diferencias en el asunto de la CAPAMA” y aclaró “hay que dejar que se pongan ellos de acuerdo, pero que sea sin menoscabo de cumplir con las demandas justas que tiene el pueblo de Acapulco de tener el vital liquido tanto para beber como para servicio de todos los que necesiten agua.”

Esta es la altura de miras que se requiere para solucionar el grave problema político de CAPAMA, mientras no exista esta voluntad a este organismo se lo seguirá comiendo la corrupción de la cual Castro Salas es, por lo menos, cómplice.

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martes, octubre 23, 2007

lunes, octubre 22, 2007

No buscará la reelección