Cien
Ramiro Arteaga Sarabia
www.suracapulco.com.mx
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El viernes 9 de marzo de 2007 se cumplen los primeros cien días del sexenio de Calderón. ¿Cómo valorar estos días en el poder? ¿Desde qué postura enfocar sus decisiones? ¿Qué esperar de este gobierno, apenas el segundo después de un régimen de partido de estado?
1.- El dato. El nivel de aprobación del gobierno de Calderón, según una encuesta nacional del periódico Reforma, disponible en www.reforma.com, es alto; al menos siete de cada diez mexicanos lo aprueban.
2.- Los signos. Calderón aprendió de los graves errores de imagen de Fox, sobretodo en dos rubros: la presencia de la señora Martha Sahagún y el cuidado del lenguaje. De la primera dama, Margarita Zavala, se reconocen su presencia sobria y su anti protagonismo. Mientras que el discurso presidencial se ha caracterizado por la precisión, la sobriedad y la mesura.
3.- El tema. Sorprendió la firmeza de las decisiones de Calderón en materia de seguridad pública, la cercanía en imagen y símbolos con las fuerzas armadas del país, los operativos en regiones clave para el tráfico de droga como Michoacán, Tijuana y Guerrero y la extradición a Estados Unidos de los principales capos del narcotráfico encarcelados en prisiones federales.
4.- La crítica. El tema de la tortilla terminó por evidenciar uno de los graves sesgos del neoliberalismo: el enriquecimiento como premisa, no importa si se juega con la alimentación básica, si se acaparan insumos fundamentales de la dieta de los mexicanos. El neoliberalismo, al apostar por la peor parte del ser humano, su carácter egoísta; no puede ser la teoría económica eje de un gobierno panista; por el contrario, se debe deshabilitar este sistema económico dominante, buscar soluciones en el terreno de la promoción del bien común, de la subsidiariedad y de la solidaridad. Estos conceptos no son sólo palabras sino vivencias de una economía que ve en el rostro del prójimo su sentido último. En este sentido, Calderón deberá hacer frente a los monopolios comerciales, que son la expresión más poderosa del neoliberalismo y uno de los poderes fácticos que operan en todos los ámbitos del poder nacional.
5.- El PAN. Calderón ha encontrado en Acción Nacional una coherencia orgánica con la historia del partido, con los ideales de esta institución política y un grupo de seres humanos dispuestos a otorgarle su apoyo y confianza, y a hablar de frente al mandatario de un país. La biografía política de Calderón nos habla de un político que fue dirigente juvenil y dirigente nacional de Acción Nacional, casado, desde su propia familia, con los principios doctrinarios del partido. Entiendo que es difícil de entender la relación crítica entre el dirigente de un partido en el poder con el Presidente de un país, emanado del mismo partido. Valdría la pena un esfuerzo de negociación entre ambos dirigentes para que, sin caer en un servilismo anacrónico, presentar a la sociedad más diferencias que desacuerdos, expresiones discursivas y factuales comunes, es decir, todo lo que nos une y nos da cohesión como panistas, que, por cierto, es muchísimo.
6.- El futuro. En sólo cien días, Calderón y su gabinete, un grupo políticamente disciplinado, orgánico y técnicamente capaz; han logrado lo impensable, construir un gobierno. Frente a la amenaza radical de un líder carismático, mentiroso y soberbio (como lo demuestra el libro “la victoria que no fue” Octubre 2006 de Oscar Camacho y Alejandro Almazán); Calderón supo, vía las instituciones y la legalidad, acceder al poder que había obtenido en las urnas. Desde la Presidencia se ha legitimado, ahora es una gran mayoría la que apoya sus políticas y su persona. De sus decisiones coyunturales y, sobretodo, de los planes para el desarrollo de México, dependerá su consolidación y el futuro de muchos mexicanos.
Creo que para todos, los primeros cien días de gobierno, han demostrado lo que el sentido común y la mano firme pueden hacer por el bien común de los mexicanos, si persiste esta línea de mando y se disponen estrategias de largo plazo para el abatimiento de la pobreza, no dudo en presentar la idea de que estaremos, en unos cuantos años, habitando un México ganador.
