jueves, mayo 24, 2007

Yucatán

Yucatán

Ramiro Arteaga Sarabia

Estoy sorprendido con la lectura que ciertos analistas y actores políticos hacen de las elecciones de Yucatán.

Ricardo Alemán elabora un extraño razonamiento para argumentar que en la derrota del candidato del PAN al gobierno de Yucatán, ganó el presidente Calderón: “En el terreno político, son cuatro los ganadores del proceso electoral de Yucatán: la candidata del PRI, Ivonne Ortega, la dirigente nacional de ese partido, Beatriz Paredes, la ex panista Ana Rosa Payán y -por increíble que parezca- el presidente Felipe Calderón.” (El Universal on line)

Mientras Ana Rosa Payán, Candidata de la Coalición Todos Somos Yucatán, describe la elección en términos catastrofistas: "¡Les cayó encima un tsunami! Esta derrota es atribuible a la sordera y ceguera del PAN y Felipe Calderón tiene una parte de la responsabilidad. Se le olvidó que es Presidente de México y no el primer panista del País". (La frase del día, Reforma, 22 de mayo de 2007)

Por su parte, la siempre apocalíptica La Jornada, presenta la antítesis de El Universal: “Severamente afectado por las pugnas entre su militancia yucateca -que desembocaron en la salida de la ultraderechista Ana Rosa Payán de las filas blanquiazules- y en sus estructuras nacionales -cuyo control se disputan de manera abierta Manuel Espino y Felipe Calderón-, el partido del Presidente experimenta su primera derrota grave en la presente administración. No se trata únicamente de un fracaso electoral, sino de la evidencia de una descomposición moral caracterizada por la rápida adopción de los estilos y métodos autoritarios y corruptos del viejo priísmo. Incluso si el PAN perdió la gubernatura, la turbia elección en Yucatán no resulta precisamente positiva para la imagen del calderonismo, afectado de origen por el desaseo que caracterizó su llegada al poder el año pasado.” (Editorial, La Jornada, 22 de mayo de 2007)

No es fácil asimilar esta estridencia mediática, ni comprender cuál es la realidad detrás de estos juicios.

Un maestro universitario decía que una forma de entender un hecho concreto es elaborando una lista precisa de los datos con los que contamos (check facts), partiendo de esta base documental, elaborar un juicio relacionando estos datos.

Los datos: El PRI ganó la gubernatura de Yucatán por un margen de entre seis y ocho puntos porcentuales. Un hecho alentador es el porcentaje de participación cívica, superior al 70 por ciento de los ciudadanos registrados en el padrón electoral.

Es el segundo periodo en que se logra la alternancia política, a juicio de Giovanni Sartori esto es una condición natural de la democracia.

El Candidato de Acción Nacional, Xavier Abreu, con las cifras oficiales del PREP en mano, reconoció su derrota, deseando suerte y éxito a la candidata del PRI, Ivonne Ortega.

El Presidente de México, Felipe Calderón, felicitó a la ganadora y sentó las bases para una relación de trabajo institucional.

Las lecturas no pueden suplantar los hechos.

El PRI ganó una elección, llega a la cifra de 18 gobernadores en todo el país. Es la primera victoria electoral teniendo como presidente del partido a Beatriz Paredes. Sólo ellos ganan esta vez.

Acción Nacional tendrá que aprender de esta derrota electoral. Saber leer los signos políticos del país, reforzar su unidad interna y garantizar los mejores gobiernos posibles, en el marco de los principios éticos que dan vida a esta institución política.

Vendrán nuevas elecciones, confiamos en que los hechos de Yucatán sirvan como elementos de toma de decisiones al interior de Acción Nacional.

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