Calderón

Ramiro Arteaga Sarabia

Felipe de Jesús Calderón Hinojosa es Presidente Electo de México. El 1 de diciembre de 2006 será el Presidente número 64 de los Estados Unidos Mexicanos.

La Presidencia recorre y marca la historia política de México. Al profundizar en la biografía de estos personajes poderosos descubrimos patrones comunes, uno, en particular de corte trágico: el ser caudillo.

Calderón será el número 64 de una lista donde caben hombres que la historia cataloga como virtuosos: Benito Juárez, Francisco I. Madero, Lázaro Cárdenas…

Y otros a los que la historia oficial presenta como antihéroes: Miguel Miramón (quien ocupó el cargo a los 25 años), Porfirio Díaz y Victoriano Huerta.

Calderón será un nuevo nombre en una lista que inicia el general Guadalupe Victoria el 10 de octubre de 1824 y se prolonga en el tiempo hasta el actual periodo presidencial de Vicente Fox. Se cumplen así 182 años de historia de esta institución fundamental del México independiente.

La imagen de Calderón contrasta con las presidencias imperiales de Santa Anna, Salinas y Elías Calles.

También es contraria a la demagogia estridente de Echeverría y López Portillo.

La apariencia de Calderón y su construcción discursiva es sobria y, en cierto sentido, anticlimática; incluso, es probable que en un momento histórico anterior Calderón no contara con un perfil idóneo para ejercer un cargo concebido como sagrado, envuelto en un aura de solemnidad y poder unipersonal.

Calderón perfila para ser un Presidente austero e innovador, consciente de retomar las banderas de la izquierda, en especial la de ir abatiendo la pobreza en la que viven millones de seres humanos en México.

Los retos que enfrentará la Presidencia de Calderón Hinojosa no pasan por la destrucción política del excandidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, el mismo presidente electo ha declarado que su enemigo no es López Obrador sino la pobreza y la desigualdad social.

Los 14 millones, 916 mil 927 votos contabilizados en garantía a Calderón y los 14 millones obtenidos por Andrés Manuel se deben traducir en políticas públicas que confirmen la voz de mando “Primero los pobres”.

Con congruencia, Felipe Calderón, su gabinete, los diputados y senadores de Acción Nacional podrán hacer suyo este llamado que no es patente de un partido político o coalición, se trata de un llamado histórico de búsqueda de una real justicia y paz social.


Los ciudadanos solemos descargar nuestros sueños y frustraciones en una imagen, en un icono, en un líder o en un caudillo.

Nada más alejado que esto para construir una sociedad mejor, el futuro de México no pasa y sí por las manos de Calderón y de un puñado de legisladores y jueces; ellos tienen una responsabilidad histórica igual a la de cada uno de nosotros; y es en la sutil relación entre nuestras decisiones y nuestros pensamientos; donde radica el poder humilde sobre el cual sí se pueden construir mejores condiciones de vida para muchos más.

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