viernes, febrero 01, 2008

Enero Negro


¿Y el enero negro, Andrés Manuel?

No se trata de hablar hoy de si México sigue cargando una insoportable cantidad de pobres, o si es el campeón mundial en producción de migrantes. Se trata de echarle en cara a los apocalípticos uno más de sus desaciertos.

Gritaron desde octubre que sufriríamos un “enero negro” por la combinación del fin de las protecciones arancelarias al maíz y el frijol, con el aumento de dos centavos al litro de gasolina. No explicaron en detalle los porqués, pero profetizaron un enero de espanto.

La realidad les volvió a fallar. No sólo no hubo “enero negro”, sino que de acuerdo con la única estadística válida con que contamos, el índice de inflación del Banco de México, el aumento promedio general de los precios en la primera quincena del mes fue de los más bajos en la última década. Y según pronósticos preliminares, el del mes completo será por el estilo.

Lejos de aceptar la realidad, Andrés Manuel López Obrador disparó, como de costumbre, una superstición: él, que sí conoce al pueblo, sabe que el pueblo sabe que los precios subieron muchísimo. Y quien lo dude, que vaya a preguntárselo al pueblo.

Con ese sofisma, López Obrador tratará de enterrar su equivocada adivinación (hay que recordar que él nunca se equivoca) y vaticinará una nueva calamidad: la siniestra conspiración de los corruptos y traidores a la patria afila cuchillos para robarle Pemex al pueblo bueno.

Miente una vez, miente dos y no pasa nada. López Obrador conoce bien la cultura de la desmemoria nacional que, cortésmente, transforma las mentiras en anécdotas para luego arrumbarlas y olvidarlas. Por eso sigue apostando por la fraseología y la ignorancia.

“Enero negro”. Qué ridículo.

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