miércoles, enero 09, 2008

Hombres pequeños

Ramiro Arteaga Sarabia

Gilbert Keith Chesterton tiene al menos un par de frases que son un golpe duro y seco para quienes participamos en política partidista, las extraigo de un artículo del expresidente del IFE, José Woldenberg:

“El repudio de las grandes palabras y las grandes visiones ha traído a la política una raza de hombres pequeños, también ha traído una raza de hombres pequeños a las artes.”

“El político oportunista es como un hombre que abandona el billar porque fue derrotado en el billar, y abandona el golf porque fue vencido en el golf. No hay nada tan debilitante, para cualquier fin práctico, como esa enorme importancia atribuida a la victoria inmediata. No hay nada que fracase tanto como el éxito.”

Estas sentencias de Chesterton hieren la piel debilitada por la mentira de nuestra clase política, cuyas formas ya son las de lo peor del espectáculo nacional.

Ahí está por ejemplo el artículo de la revista La Costa publicado en Internet donde se nos revela que el último libro que leyó Félix Salgado Macedonio es “El caballero de la armadura oxidada de Edy Fisher.”

Mientras que, según el artículo, “La última vez que lloró (Félix) fue cuando vio la película Fraude de Luis Mandoki, tres veces, de impotencia, rabia y coraje.”

A su vez, la entrevista con Armando Ríos Piter, secretario de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado de Guerrero, menciona que el último libro que leyó fue “Cómo enseñar a leer a su bebé”, que “jamás vestiría de color morado o rosa” y que “acostumbra sonreír todo el tiempo que le es posible.”

Ahora bien, el empresario Tony Rullán prefiere conducir autos Ford, ha leído recientemente El secreto, “prefiere vestirse de negro y jamás vestiría de color rosa, tiene dos mascotas, Lola y Rorro, perros de la raza bulldog francés y entre sus varias aficiones le gusta la música, leer, viajar, comer bien, el vino sin emborracharse y tratar con gente.”

Así vemos como diez personajes de primera línea nos revelan su faceta más frívola vestidos, todos, de camisa blanca y saco negro.

Es el nuevo rostro de la política desacralizada, de las portadas en Caras y en Quien, de las apariciones en las barras cómicas de Televisa y en TV Azteca para darse baños de pueblo.

La política de contar chistes, de la ocurrencia, del baile, esa política dónde Félix Salgado aún puede sobrevivir a pesar de ser un desastre como líder. De ser una persona pequeña.

Una política donde lo importante es montar playas, pistas de hielo, pirotecnia…

¿En qué sentido puede ser congruente la visión del mundo apocalíptico de López Obrador, con la visión del mundo fresa de Marcelo Ebrard?

Mientras seguimos celebrando una política de mentiras, donde se habla de intereses oscuros para destituir a Carmen Aristegui de su programa de radio, líderes que justifican los incrementos leoninos a la tortilla y al pasaje.

Qué pequeños y cínicos somos los políticos de esta época histórica, siempre en búsqueda de un éxito ficticio, de un poder que se nos va de las manos en unos años, mientras la vida nos pasa factura.

No hay nada que fracase tanto como el éxito, repite Chesterton y hay quienes se empeñan en ganar a cualquier costo.

www.arteagasarabia.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya estas casi fuera del poder y sin ningún éxito. Te deberías poner como ejemplo. Por que la verdad no veo quién te vaya a recatar.