El delegado no murió, como informó la PIM, aclara

El ataque al panista de Zirándaro por un “problema vial”: Ramiro Arteaga

MARLEN CASTRO

Chilpancingo, 24 de julio. El delegado del PAN en Zirándaro, Salvador Ortuño Maldonado no murió ejecutado como informó la policía investigadora ministerial (PIM), sino que se encuentra convaleciente en un hospital a causa de un problema de “circunstancias viales”, afirmó el secretario general de ese partido, Ramiro Arteaga Sarabia

Asimismo, descartó que el ataque que sufriera el dirigente blanquiazul esté relacionado con motivos políticos o vínculos con el narcotráfico”.

Este lunes, entre las 7 y 8 de la mañana, Ortuño Maldonado viajaba en el centro de Ciudad Altamirano a bordo de su camioneta, cuando en una calle céntrica rozó con otro vehículo, cuyo conductor se bajó y le disparó. No obstante, el mismo día, el director de la PIM, Erit Montúfar Mendoza reportó que el político panista había sido ejecutado por hombres armados que le dispararon desde una camioneta en movimiento.

Sin embargo, la versión de los hechos la contó Ortuño a la dirigencia estatal del PAN, en un hospital de Ciudad Altamirano donde se encontraba recibiendo atención médica por la herida en el abdomen de la que se repone favorablemente.

El agresor accionó varias veces una pistola calibre 22 contra el líder panista, dos de esos proyectiles hicieron blanco en su cuerpo. Su camioneta tiene por lo menos siete impactos en el parabrisas, según reportes policiacos.

En la conferencia de prensa de los martes, en la que en esta ocasión estuvo ausente el dirigente estatal, Javier de Jesús Zepeda Constantino, Arteaga Sarabia exigió que se investiguen los hechos y se castigue al responsable.

Dijo que la agresión que sufrió el dirigente panista fue un hecho “de circunstancias viales”, que no tiene relación con el activismo político de Ortuño o con cuestiones del narcotráfico.

Sin embargo, como pidió una investigación de los hechos, indicó que será la PIM la que establezca las circunstancias bajo las cuales ocurrió la agresión. “Pero nosotros no le vemos de otro lado, ni tintes políticos, ni revancha”.