jueves, diciembre 06, 2007

Los retos

Los retos

Ramiro Arteaga Sarabia

Esta semana entramos al segundo año del gobierno de Felipe Calderón y octavo de administraciones panistas.

La historia registrará los gobiernos del PAN como un continuo pese a las diferencias de forma y fondo entre Fox y Calderón.

El juicio histórico tiene la característica de ser radical, transciende la emotividad del momento social por la contundencia de los datos y los testimonios de actores claves en los procesos de gobierno.

El Presidente Calderón ha logrado una especie de justo medio en este primer año. Por una parte, entrega símbolos, imágenes, palabras que en su construcción revitalizan la confianza nacional en sus instituciones, incluida la presidencia de la república.

Ahí está el Presidente con la boina militar de campaña, los hijos ataviados con trajes militares, o los discursos donde la pobreza, el empleo y la seguridad son los ejes reiterados de sus piezas oratorias.

Calderón es sobrio y pulcro en sus ropajes y en sus palabras. Un perfeccionista que ha centrado su acción en demostrar que es un presidente capaz al costo que sea.

Como lo hizo en la campaña presidencial: “Ganar como la Sub 17”.

También, el Presidente ofrece la profundidad de acciones de largo plazo, de diseños institucionales delineados por planes estratégicos.

Palabras para los sectores intelectuales de México, para el círculo rojo, para los que detentan parte o todo el poder del país.

Ahí están los discursos frente al club de empresarios más prominentes (en términos de su capital) de México, donde los encaró para construir un país libre de pobreza.

Es evidente que el diseño institucional del gobierno proviene de un grupo compacto que ha acompañado a Calderón durante la campaña y en el desgastante proceso postelectoral.

Es un cuerpo colegiado entorno a la figura de un Presidente inteligente, con un gran sentido común, y afanado en cumplir con las exigencias históricas de la República.

Este grupo de personas de confianza del Presidente son jóvenes y audaces, son amigos entre ellos y han dado un nuevo aire a la institución.

Pese a su juventud, no han dado muestras contundentes de inexperiencia, han salido avantes de crisis naturales y políticas y del acoso a la Presidencia de quienes dicen no confiar en las instituciones pero siguen gastando el dinero de las instituciones: el PRD, la Presidencia legítima de México, los senadores y diputados del sol azteca y el Jefe de Gobierno del D.F.

El segundo año puede derivar en un mejor gobierno, en la claridad y en medidas de segundo nivel para detener a las bandas de narcotraficantes.

En medidas y reformas económicas para desbaratar las cadenas de la pobreza.

Un mejor año para el gobierno, significará, por simple sentido común, un mejor año para todos.

www.arteagasarabia.blogspot.com

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