miércoles, junio 13, 2007

Una ecología humana para Guerrero

Una ecología humana para Guerrero

Ramiro Arteaga Sarabia

Los obispos de la región pastoral sur han vuelto a colocar el tema de la ecología humana en el centro del debate político de Guerrero.

La preocupación por el medio ambiente en el pensamiento de la iglesia es genuina e histórica.

Se sustenta en la alegoría del Génesis sobre el encargo de velar por el ambiente que Dios demanda del hombre (Gén 1, 27-28; 2, 19).

El humanista Karol Wojtila sintetizó el razonamiento medioambiental de la Iglesia en la expresión Ecología Humana para colocar en su justa dimensión al hombre en relación con la biodiversidad.

Esta propuesta es el centro de la Carta de los Obispos de la Región Pastoral Sur sobre el ambiente, titulada: “Cuidado de la Creación”; un texto trabajado con especial cuidado por los seis obispos, quienes conocen la trascendencia del tema y saben que de esto depende el futuro del Estado.

Precisamente, en el subtítulo Nuestra Realidad se expone que “El modelo de desarrollo que se ha estado imponiendo a nuestro país, lleva consigo una distribución inequitativa de la riqueza que se manifiesta en el crecimiento de la pobreza y en la degradación del medio ambiente, mostrando que el deterioro social va ligado al deterioro ambiental.”

Mientras que, en el resumen de la afectación al medio ambiente, los obispos destacan que “Hay problemas de contaminación ambiental como el manejo irresponsable de la basura que se arroja en las calles, las carreteras, los causes de arroyos y ríos, la contaminación de las playas, de los mares, y de las lagunas, la deforestación irracional de los bosques en diversas regiones. Se ha incrementado en el campo el uso de agroquímicos, de pesticidas y herbicidas, que junto con los usos de “tumba y quema” van deteriorando los campos dedicados al cultivo. También hay que señalar que la carencia de sistemas de drenaje, adecuados y suficientes hace problemático el manejo de las aguas negras. Toda esta problemática incide en un deterioro de la salud que se manifiesta en el incremento de enfermedades gastrointestinales y de la piel.”

Los pastores denuncian la falta de interés de los organismos gubernamentales y la visión consumerista, cuya lógica ha “mercantilizado” los recursos naturales (agua, tierra, bosques), “de manera que de ser bienes públicos se han convertido es simples mercancías, en contradicción con las visiones indígenas y campesinas que han estimulado una relación muy cercana y familiar con la tierra y cuya cultura ambiental se encuentra en situación de alto riesgo y vulnerabilidad.”

Dos propuestas se extraen del documento que pudieran ser clave en la reconstrucción del ambiente; por una parte “promover el diálogo y colaborar en las iniciativas ecológicas gubernamentales o de la sociedad civil que conduzcan al uso racional de los recursos naturales como los bosques y las aguas.”

También se requiere revivir una perspectiva espiritual y ética, que supere las actitudes y “los estilos de vida conducidos por el egoísmo que llevan al agotamiento de los recursos naturales. Incluso en este sector, hoy tan actual, es muy importante la intervención de los creyentes. Es necesaria la colaboración de todos los hombres de buena voluntad con las instancias legislativas y de gobierno para conseguir una protección eficaz del medio ambiente, considerado como don de Dios” (Ecclesia in America, 25).

Es importante que en la agenda legislativa y en la acción gubernamental de Acción Nacional se incorporen estas propuestas cuyo destino es llanamente la preservación de un entorno natural que ha sido degradado de una manera vil por los gobiernos y por algunos ciudadanos que han convertido el paraíso en un basurero inhumano.

www.arteagasarabia.blogspot.com

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