viernes, marzo 07, 2008

Camilo contra la esquizofrenia

Camilo contra la esquizofrenia

Ramiro Arteaga Sarabia

El coordinador de la bancada perredista en el Senado, Carlos Navarrete, dijo en el programa Atando cabos (Telefórmula, 6 de marzo de 2008) que no piensan denunciar al Secretario de Gobernación porque sería como “entregar la Iglesia en manos de Lutero”.

Desde el interior de un sofisma, Navarrete afirma que ni el Procurador General de la República, ni el Secretario de la Función Pública, podrían actuar en contra del Secretario de Gobernación. Por eso, agrega el Senador, van por Juan Camilo Mouriño a través de la “vía política”.

Este argumento revela, una vez más, las inconsistencias y contradicciones del perredismo, quien, cobran grandes sumas de dinero dentro de la legalidad pero desdeñan a las instituciones y procedimientos de la propia legalidad.

Navarrete, en lo que ya podemos llamar una lógica pejista o pejeana, asume como propia la idea de las instituciones corruptas, la hipótesis del complot permanente para despojar a los mexicanos de su riqueza petrolera.

Ajeno a todo principio jurídico, el Frente Amplio Progresista, liderado por el PRD insiste en no hacer una denuncia penal o administrativa, y a pretender aislar este conflicto de los sí documentados casos de corrupción en los que ha incurrido el Jefe de Gobierno de Ciudad de México, Marcelo Ebrard.

Por tanto, la estrategia del PRD no busca saber la verdad sino destruir a un político y minar el poder y la autoridad moral del Presidente. Hasta el político más bisoño sabe que esto es una venganza por la derrota electoral del 2 de julio de 2006.

Al intentar arrastrar la verdad al terreno de la política partidista, ésta sólo se vicia con los intereses y la mezquindad de quien domina al PRD desde la mentira del fraude electoral y de la Presidencia Legítima: Andrés Manuel López Obrador.

La historia reciente de la política nacional nos ha demostrado que la verdad terminará por imponerse.

En este sentido, la exigencia debe ser sólo una, que se realicen las investigaciones pertinentes y justas, donde se determine, después de este juicio, si el Secretario de Gobernación realizó alguna acción ilegal.

¿No es esto lo que pediríamos para cualquier mexicano?

¿No es labor de los partidos políticos garantizar esta igualdad frente a la Ley de todos los mexicanos?

¿No es éste el principal derecho escrito en la Constitución?

Pronto, como ha sucedido reiteradamente, la mentira de López Obrador con la que intenta cubrir la decadencia de su movimiento, terminará por derrumbarse.

Este nuevo triunfo de la verdad legal, enmarcada en el razonamiento del Presidente de Acción Nacional, Germán Martínez, sobre la ética pública como una ética de la ley; servirá también para garantizar los derechos jurídicos de los propios perredistas. Aunque ellos se esfuercen por destruir este estado de derecho con sus sofismas y sus mentiras.

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